Las arqueólogas Blanca Copto Gutiérrez y Alixbeth Daniela Aburto Pérez del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México dijeron que el cementerio refleja la transición de las costumbres funerarias prehispánicas a las introducidas por los españoles. Hasta el momento, los investigadores han recuperado los restos de 21 personas. La mayoría de los restos pertenecían a adultos, pero también se encontraron los restos de un par de niños.
“A pesar de que la mayoría de los entierros presentaban la misma orientación oeste-este, lo que alude a la creencia en la resurrección en la fe cristiana, su disposición sugiere dos tipos de población: una de origen indígena, probablemente mexica, y otra europea, dijo Aburto Pérez. La mayoría de los muertos habían sido enterrados boca arriba con los brazos cruzados sobre el pecho o en la región pélvica. Sin embargo, dos fueron enterrados flexionados y de lado, y otros dos fueron enterrados con un sello prehispánico y una hoja de obsidiana verde.
Un estudio de los huesos realizado por Jorge Arturo Talavera González indica que los individuos amerindios del grupo podrían identificarse por sus dientes en forma de pala. El estudio también encontró que la población sufría desgaste del esmalte dental, enfermedades infecciosas y desnutrición. Para leer sobre una colección bien conservada de artefactos de madera recuperados de la base del Templo Mayor de Tenochtitlan, vaya a “Ofrendas aztecas”, uno de los 10 principales descubrimientos de ARQUEOLOGÍA de 2022.