En 1971, el Museo Egipcio Rosacruz de California adquirió un antiguo ataúd egipcio sellado que contenía la momia bien conservada de un hombre egipcio de alto estatus. Más de dos décadas despues, un equipo de científicos realizó un descubrimiento impactante: la momia mostraba evidencias de un procedimiento quirúrgico avanzado que se llevó a cabo hace aproximadamente 2600 años. En el interior de la rodilla izquierda de la momia había una barra metálica ortopédica de 22 centímetros que fue insertada siguiendo unos principios biomecánicos tan avanzados, que al principio los científicos no pudieron diferenciarlo de un procedimiento de la actualidad.
Cuando el Museo Rosacruz adquirió un antiguo ataúd egipcio sellado en la década de 1970, no sabían que aún había una momia adentro. Además, investigaciones revelaron que esa momia no era la propietaria original del sarcófago (pertenecía a un sacerdote llamado Usermontu, que quiere decir “el poder de Montu”), sino que mucho después de su muerte había sido colocada en el ataúd de Usermontu. Sin embargo, la momia cuyo origen se ignoraba llegó a ser conocida con el nombre del propietario original del sarcófago.
Un análisis del embalsamamiento reveló que “Usermontu” era un hombre egipcio de clase alta que vivió durante el Reino Nuevo (entre los siglos XVI y XI a. C.). Sus restos momificados miden 1.5 metros de alto y muestran rastros de cabello rojo.
Descubrimiento impactante
En agosto de 1995, el profesor C. Wilfred Griggs de la Universidad Brigham Young de Utah, y un equipo de expertos aplicaron rayos X a seis momias que se encontraban en el Museo Rosacruz de San José antes de un discurso que iba a dar allí: la momia de Usermontu era una de las seis. Todos quedaron impactados cuando los rayos X revelaron que una de las momias tenía una barra metálica, de 22 centímetros, en la rodilla izquierda.
¿Antiguo o moderno?
La Universidad Brigham Young (BYU, por sus siglas en inglés) informó que solo con rayos X era imposible determinar si el implante de metal era antiguo, lo que llevó al profesor Griggs a creer que la barra había sido puesta allí en tiempos más modernos con el fin de volver a fijar la pierna al resto del cuerpo.
“En ese momento asumí que la barra era moderna. Pensé que podríamos determinar la forma en la que ésta había sido insertada en la pierna, e incluso calcular hace cuánto había sido implantada en los huesos,” dijo Griggs en un reportaje de la BYU. “Creí que sería una nota interesante contar que alguien tomó una momia antigua y le puso una barra metálica moderna para ajustar la pierna.”
Un equipo de expertos, entre ellos (desde izquierda a derecha) el profesor de la BYU, C. Wilfred Griggs; los doctores Bruce Mcliff y Richard Jackson del condado de Utah, y el doctor Grady Jeeter de San José de California, examina la momia en la que Griggs descubrió una barra de metal de 22 centímetros implantada en la rodilla. Cortesía del Museo Egipcio Rosacruz.
Revelando el misterio
Con el fin de investigar la naturaleza del implante, Griggs, el doctor Richard T. Jackson, cirujano ortopédico de Provo, y el doctor E. Bruce Mcliff, jefe de radiología del Centro Médico Regional del Valle de Utah, taladraron cuidadosamente en el hueso para examinar la barra y extraer muestras óseas y metálicas.
El equipo científico encontró rastros de antigua resina orgánica, semejante al cemento óseo moderno y, también, rastros de grasas antiguas y textiles que aún estaban bien puestos en su lugar. Tras las investigaciones exhaustivas, se reveló que tan avanzado procedimiento había sido realizado en tiempos antiguos, hace aproximadamente 2600 años.
Procedimiento ortopédico avanzado
El equipo de investigación quedó asombrado de que la barra hubiese sido creada con los mismos diseños que se utilizan hoy en día para estabilizar huesos.
“Estamos asombrados de la habilidad para crear barras metálicas con los principios biomecánicos que utilizamos hoy en día, como por ejemplo la fijación rígida del hueso,” dijo el doctor Richard Jackson. “Va más allá de cualquier cosa que pudiéramos esperar de ese tiempo.”
La BYU informó que la barra “se hacía más estrecha y se volvía espiral a medida que entraba en el femur, similar a los métodos biomecánicos que se usan hoy en día. El otro extremo de la barra, el cual se encontraba en la tibia, tiene tres pestañas que se extienden hacia afuera desde el centro de la barra y evitan la rotación de ésta hacia dentro del hueso.”
¿Antes o después de morir?
Luego del extraordinario descubrimiento, la pregunta que quedó fue: ¿la cirugía se realizó cuando Usermontu aún estaba vivo o después de morir?
Una investigación completa de la articulación expuesta reveló que la barra fue implantada en el tiempo entre la muerte y sepultura de Usermontu. Los egipcios antiguos creían en la resurrección física después de la muerte, en la que el cuerpo era el vehículo del alma en la otra vida; de manera que asegurar la integridad era de suma importancia. Griggs añadió que se creía que el asegurarse de que el cuerpo estuviera en buena condición era esencial para la reunificación del cuerpo con el espíritu.
Aunque este es el primer caso de un implante ortopédico de metal, otros ejemplos sobre el cuidado del cuerpo anteriores a la momificación incluían la curación de heridas, trabajo dental, y la construccion de prótesis.
“Cuán fascinante es que el técnico hubiera puesto tanta atención para construir la barra,” dijo Griggs. “Él simplemente podía haber atado la pierna y suponer que en la resurrección todo volvería a unirse.”
“La historia nos cuenta cuán sofisticadas fueron las personas antiguas en realidad,” afirma Griggs. “A veces nuestra arrogancia cultural se entromete y no nos deja apreciar cómo las personas de otras culturas también pudieron pensar y actuar de maneras asombrosas.”
Imagen: Los restos momificados de Usermontu, Museo Rosacruz de San José (Wikimedia Commons). Inserción: Barra de metal hallada en la rodilla de Usermontu. Crédito: Profesor Griggs, Universidad Brigham Young.